LUGARES QUE SE INVENTAN DE CAMINO
Nos gustaba impulsarnos de la mano
y salpicarnos todo el
eros de política.
Como en aquella foto movida y entusiasta
que nos hicieron saltando en multitud.
Solo después supimos adónde:
cada salto inventaba su lugar.
¿Y si rompemos esto- nos decíamos-
y luego lo volvemos dulcemente a construir?
Estábamos desnudos, estábamos furiosos
y queríamos llevarnos sobras a casa.
Con el paso del tiempo
nuestros cuerpos detenidos
transparentaron el paisaje,
o nos caímos de la fotografía
por un agujero que nadie esperaba.
De lo que hicimos
queda el lugar, un aire eufórico
y algo hecho añicos que aún respira.
La historia cruje. Y la hostigamos.
Amor es una escala de violencia.
Erika Martínez
Poema elegido por Carlos Allende y José Luis Lozano, alumnos en prácticas del Master de Educación
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